La Caramba fue el grupo que reuní cuando me di cuenta de que esto de la música iba en serio… Con el primer grupo pasa a menudo como con el primer amor: se cree que es para toda la vida y se le concede una dedicación absoluta y hasta obsesiva. Convertido en fuente inagotable de euforias y desvelos, el primer amor lo da todo y todo lo exige. Y Sergio Serra, Javi Ros y Rafa Valls, que compartieron aquella etapa conmigo, lo saben bien.
Pero, pasado el tiempo (veinte años nada menos desde que se editó nuestro único disco) lo relevante es que algunas de aquellas canciones siguen vivas en los conciertos que damos y, más aún, que quienes las escuchan (y no las conocieron en su momento) las reciben como si hubieran sido escritas ayer… Y esa es la prueba del algodón para cualquier canción. Así que, una parte importante de aquel “primer amor” ha perdurado y yo no puedo dejar de sentirme orgulloso de ello y de mis compañeros de aventura.